2020 de Abril del 23

La locura del arte

El cortometraje documental El otro Festival tendrá su estreno por 5RTV. Salud mental, cultura, identidad y memoria nutren a la realización dirigida por Jimena Chaves.

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(Por Edgardo Pérez Castillo) El juego de la creación, los límites de la locura, la Rosario de exportación y aquella que algunos sectores prefieren no ver. La identidad y la memoria. La igualdad. En poco más de 20 minutos, el documental El otro Festival abre reflexiones en torno a temáticas complejas, en un proyecto nacido de una idea de Jordi Bayo Salvadó, luego gestionado y producido por Verónica Rodríguez (junto a Paola Cocconi), y dirigido por Jimena Chaves. Esta noche, a las 21, el canal público provincial 5RTV alojará el estreno de esta producción que contó con apoyo de Gobierno de Santa Fe, Municipalidad de Rosario, Centro Cultural Parque España y Acciona Cultura.

Un ovillo rojo, en manos del expresivo clown creado por Marcel Escolano (del grupo Los Galindos, de Barcelona), va tramando a El otro Festival, un documental que muestra el detrás de escena del encuentro realizado en Rosario en abril de 2019, como espejo de L`Altre Festival de Barcelona. A partir de la confirmación de que Rosario tendría su propia edición, la idea de registrar el encuentro fue disparadora para que en la ciudad se activara el proyecto documental.

Una obra que tuvo a Chaves (que asumió además la dirección de sonido) como cabeza de un equipo que sumó a Estefanía Andreotti en asistencia de dirección, fotografía de Patricio Mollar (además responsable de cámara junto a Andreotti), post producción de sonido de Santiago Zecca (con asistencia de Lucio Minigutti), montaje de Danali Riquelme, color por Yasmín Quiroga y música de Perro Bufo.

Una vez puesto en marcha, El otro Festival sorteó el desafío de reunir a temáticas complejas en sí mismas, abarcándolas sin pretensiones de dar respuestas absolutas. Apostando, además, a una unidad de voces que, desde la decisión de evitar textos sobreimpresos, se equilibran sin jerarquizaciones. Fucionarios públicos, artistas, gestores, profesionales y usuarios de la salud mental aportan así su mirada sin que su condición se vea explicitada. Todas y todos en condición de igualdad, sin estigmatizaciones.

“Tanto el Festival como este documental ponen en juego muchas decisiones respecto a cómo se muestra al otro --admite Verónica Rodríguez--. Es un poco lo que sucede: tenemos discursos muy progres, pero terminamos estigmatizando por cómo se nombra, por cómo se muestra. En rincipio el Festival es esta democratización de la palabra, podemos hablar tanto los que padecen, los que no, los que están a cargo, los gestores. Desde ese lugar está planteado no decir quién es quién”.

- El recorrido que realiza el cortometraje documental es muy amplio: además del vínculo entre la salud mental y lo artístico aparecen también Abuelas de Plaza de Mayo, el grupo Payasos por la Identidad. ¿Representó un riesgo abordar tantas temáticas, complejas, en un tiempo reducido?

- Sí, totalmente. Pero nos parecía que apelar a nuestra historia como país, también en relación a la salud mental, era necesario. Hay mucho sobre esto. Hay mucho de las situaciones de crisis que se desencadenaron, mucho más a partir del impacto que tuvo la dictadura, todo lo que devino después. Es una pequeña referencia histórica, pero también desde el punto de vista de activar, porque esta pieza se va a pasar en España. Es una intervención en sí misma, para que también sirva para la búsqueda. Hicimos este doble enganche. Es cierto, era mucho, pero nos pareceía que estaba bien.

Con la apuesta resuelta, el documental permite abrir interrogantes, invitando además al acercamiento a experiencias y espacios de trabajo como el emblemático centro cultural El Gomecito. También, al trabajo muchas veces silencioso de artistas, de profesionales y usuarios de la salud mental. Responsables, todas y todos, de darle vuelo a la sanadora y maravillosa locura del arte.