2020 de Abril del 17

Tres preguntas a un libro: El tiempo de la pintura

La obra publicada por el área de Ediciones del Ministerio de Cultura de la provincia de Santa Fe ya se encuentra disponible en versión digital. Aquí un abordaje a su riquísimo contenido, junto a un tutorial para guiar su descarga.

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¿Por qué el título El tiempo de la pintura: Grupos artísticos santafesinos entre 1910 y 1960?

Más allá de las múltiples interpretaciones y resonancias que todo título supone, hay en este caso una referencia literal. Durante la primera mitad del siglo XX, la pintura cobró especial relevancia y centralidad entre las bellas artes. La historia del arte santafesino manifiesta esa particular ebullición: viajes formativos, salones, grupos, discusiones, experimentación.

¿Por qué contar la historia de los grupos?

Naturalmente, hay muchas formas de contar ese tiempo de la pintura. Podrían tomarse, por ejemplo, algunas temáticas como el paisaje local, el retrato o la naturaleza muerta; ciertas aproximaciones estéticas vinculadas al intercambio entre artistas y movimientos producto de las experiencias de los viajes de formación, principalmente a Europa; o las dinámicas de los distintos salones. Hay varios abordajes y aristas posibles, pero hacerlo a través de los grupos, reuniendo materiales que los expertos han elaborado a lo largo de décadas sobre el tema, permite trazar un recorrido sin abandonar del todo ninguno de los otros caminos. Pues los grupos implicaron una declaración de principios, una acción coordinada entre colegas para promover la pintura, y, en algunos casos, una instancia central de formación técnica. La dinámica de los grupos permite recorrer, además, algunas de las disputas centrales que se desatan en el campo artístico. Por regla, la creación de un grupo responde siempre a una necesidad no satisfecha.

Algunos grupos fueron efímeros, otros duraron décadas. Todos ellos, a su manera, marcaron un tiempo, publicando manifiestos, proponiendo discusiones, rubricando sus ideas con obras y modos de circulación. En un sentido amplio, los grupos exploraron prácticas asociativas que respondieron a una efectiva inquietud sobre las relaciones entre el arte y la sociedad.

¿Qué dificultades hay en el abordaje?

En principio, una dificultad de tipo documental. De algunos grupos —como la Mutualidad— se han escrito libros enteros; de otros —como La Montaña— no hay hasta el momento fondos documentales suficientes que permitan confirmar quiénes lo integraron, dónde expuso y cuánto tiempo estuvo activo.

Por otra parte, el relato a través de los grupos muestra un recorrido al tiempo que oculta otros. El primero a tener en cuenta es la notoria ausencia de pintoras mujeres. Incluso de las más conocidas, como Emilia Bertolé, María Laura Schiavoni y Ana Caviglia. Los grupos fueron mayoritariamente constituidos por pintores varones. Recién en 1952, aparece uno —Síntesis— en el que el peso y la relación entre pintoras y pintores se muestra pareja. Esto no quiere decir que las pintoras no hayan existido. No sólo estaban, sino que expusieron en los mismos salones. Por ello la galería del libro ofrece, en consecuencia, una muestra generosa que no se circunscribe a la lista estricta de los integrantes de los grupos, sino que la amplía, cuando es posible, a la presencia de esas artistas en los salones u otras relaciones probadas.

Por otra parte, los grupos marcan un compás, un tiempo en el cual emergen también otras obras. No sólo aquellas silenciadas o apenas visibles de las pintoras mujeres, sino también las de artistas que tuvieron una mirada crítica frente a la idea misma de grupos —como el caso de Gustavo Cochet—, o al menos ambigua —como Luis Ouvrard—, pero cuyas obras indudablemente enriquecen e interpelan la historia de los propios grupos.

Otra gran dificultad, común a cualquier enfoque, es el deterioro o la ausencia de obra. Ya sea como consecuencia de la persecución política —como parte de la obra de la Mutualidad— o por los vaivenes de la aceptación y el mercado. La galería del libro oscila, entonces, entre estas ausencias y la presencia luminosa de obras reconocidas, y otras inéditas en libro hasta la fecha.

 

Acceder al Tutorial de descarga aquí

 

Galería de imágenes:  

Antonio Berni, «Joven», c. 1923 (óleo sobre tela, 52 x 49 cm)  Colección privada. (p 89)

María Laura Schiavoni, s/t, c. 1943 (óleo sobre cartón, 48 x 68 cm) Colección Familia Schiavoni. (p. 123)

César Fernández Navarro, «Pescadores», c. 1942 (óleo sobre tela, 92 x 1,30 cm) Colección Club del Orden de Santa Fe. (P. 80-81)